7 preguntas de coaching

El coaching es una habilidad esencial que debería dominar cualquier profesional hoy en día.

Te aporta herramientas y recursos para conocerte mejor, comunicarte de una forma más eficaz, desarrollar tu inteligencia emocional, influir e impactar en los demás.

Y, ¿a quién no le interesa eso?

A cualquiera, por supuesto.

Por eso, hoy voy a hablarte de un libro que te explica cómo utilizar 7 preguntas poderosas de coaching y convertirlas en un método diario que te ayudará a aumentar tu influencia y resultados cuando hablas con la gente.

Estas 7 preguntas clave las desarrolla Michael Bungay Stanier en su libro The Coaching Habit donde plantea las siguientes premisas:

  1. El coaching es simple. De hecho, las 7 preguntas que vamos a ver te darán todas las claves que necesitas.
  2. Puedes “impartir” coaching en menos de 10 minutos. Y, en un mundo acelerado como el que vivimos, esto es importante.
  3. El coaching debería ser una actividad diaria e informal. No algo que se hace de forma aislada cuando surgen problemas.

Antes de desentrañar las 7 preguntas de coaching, el autor nos recuerda la necesidad de centrarnos en no dar consejos constantemente. Afirma que este es el primer paso para convertirse en un buen líder o coach.

Cuando das consejos, quitas a los demás la oportunidad de pensar críticamente y desarrollar soluciones.

En su lugar, adopta una actitud que permita a los demás explorar posibilidades y encontrar sus propias soluciones.

Imagínate que un compañero de tu equipo acude a ti para plantearte un problema. En lugar de aconsejarle de inmediato, podrías hacerle preguntas abiertas para ayudarle a profundizar en el problema.

Por ejemplo, podrías preguntar: ¿Qué has probado hasta ahora? o «¿Qué crees que podría estar causando este problema?

Esto le permitirá pensar de forma crítica y proponer sus propias soluciones. Si adoptas este hábito de preguntar, estarás ayudando a los demás para que desarrollen sus propias habilidades de resolución de problemas y sean más autosuficientes.

Ahora que hemos visto la importancia de las preguntas, veamos las 7 preguntas del método de Michael Bungay Stanier

#1. La pregunta Lanzadera

Una buena conversación comienza con una gran pregunta

La pregunta ¿Qué estás pensando?, invita a la gente a ir al meollo de la cuestión y compartir lo que es más importante para ellos.

Supongamos que eres un directivo y tienes una reunión individual con uno de los miembros de tu equipo. En lugar de empezar la conversación hablando de temas relacionados con el trabajo, podrías empezar con ¿qué tienes en mente ahora?

Esta pregunta le animará a compartir lo que sea más importante para él en ese momento, ya sea un tema relacionado con el trabajo o un asunto personal que esté afectando a su trabajo.

Al iniciar la conversación de este modo, estás demostrando que valoras los pensamientos y sentimientos de la otra persona y estás creando un espacio seguro para que lo compartan abiertamente.

Esto puede ayudar a generar confianza y reforzar la relación personal, así como a identificar cualquier problema o preocupación que pueda estar afectando al rendimiento del equipo.

#2. La pregunta Y qué más (YQM)

Supongamos que estás ayudando a otra persona a resolver sus dificultades con una tarea concreta.

Ya le has formulado algunas preguntas abiertas para ayudarle a explorar el problema, pero quieres animarle a pensar aún más profundamente.

Aquí es donde entra la pregunta ¿Y qué más?, puede ser muy útil.

Por ejemplo, una persona de tu equipo podría decir:

«Tengo problemas para terminar este proyecto a tiempo porque me siguen interrumpiendo los correos electrónicos».

Podrías responderle:

«Vale, entiendo que los correos electrónicos son una gran distracción para ti. ¿Y qué más está contribuyendo al problema?».

Esta pregunta anima al miembro de tu equipo a pensar más allá de la respuesta obvia y a explorar otros factores que pueden estar afectando a su capacidad para completar el proyecto.

Podrían responder diciendo:

«Bueno, también tengo problemas para concentrarme cuando hay mucho ruido en la oficina».

Al preguntarle ¿Y qué más?, estás ayudando a esta persona a descubrir otros puntos de vista y a identificar más opciones para abordar el problema.

Esto puede conducir a una solución más creativa y eficaz que si se hubiera limitado a sacar conclusiones basadas en la información inicial facilitada.

#3. La pregunta Foco

Imagina que un compañero o amigo tiene problemas con una tarea concreta. Tu primer instinto puede ser intervenir y decirle lo que tienen que hacer.

Sin embargo, si das un paso atrás y haces preguntas, puedes hacer “magia” para que estas personas se expresen, propongan sus propias soluciones y crezcan.

La pregunta clave aquí es: ¿Cuál es tu auténtico reto en esto?

Esta pregunta insinúa que hay varios desafíos entre los que escoger, y debes encontrar el más relevante.

Supongamos que diriges una reunión de equipo para debatir un nuevo proyecto. A medida que avanza la reunión, te das cuenta de que la conversación empieza a desviarse y a perder el foco.

La gente está sacando a relucir cuestiones tangenciales o discutiendo temas que no están directamente relacionados con el proyecto en cuestión. Aquí es donde la pregunta de enfoque ¿Cuál es el verdadero reto para ti? puede ser muy útil.

Al hacer esta pregunta, está animando a las otras persona a pensar más profundamente sobre lo que es realmente importante para ellos en relación con el proyecto.

Pueden responder diciendo cosas como:

«Bueno, no estoy seguro de que tengamos suficientes recursos para completar esto a tiempo», o «Me preocupa que no estemos recibiendo suficientes aportaciones de las partes interesadas».

Estas respuestas pueden ayudar a identificar los verdaderos problemas y retos que hay que abordar.

Una vez identificado el problema central, puedes utilizar otras herramientas de coaching, como las preguntas abiertas o la pregunta YQM, para ayudar a explorar posibles soluciones.

Al utilizar la pregunta de enfoque para reconducir la conversación, ayudas a los demás a mantenerse centrados en lo más importante y evitar que se atasquen en detalles irrelevantes o distracciones.

#4. La pregunta Base

La pregunta básica ¿qué quieres?, es una poderosa herramienta para ayudar a los demás a expresar con claridad sus necesidades.

Si estás teniendo una conversación con alguien sobre sus objetivos profesionales, podrías empezar la conversación preguntando ¿Qué quieres?

Esta pregunta animará a la otra persona a pensar en profundidad sobre lo que realmente quiere conseguir en su profesión.

Te podrían responder:

«Bueno, quiero llegar a ocupar un puesto directivo».

Esta respuesta ayuda a aclarar los objetivos de la conversación y proporciona una dirección clara para futuras discusiones o acciones.

A continuación, puedes seguir con preguntas poderosas como

«¿Qué habilidades o experiencias necesitas desarrollar para lograr este objetivo?» o «¿Qué pasos podemos dar para ayudarte a acercarte a este objetivo?».

Al utilizar la pregunta Base, le estás ayudando a alinear sus acciones con los resultados deseados.

Puede que descubran que necesitan desarrollar ciertas habilidades o adquirir ciertas experiencias para alcanzar sus objetivos profesionales.

Al aclarar lo que quieren, también les ayudas a identificar oportunidades de crecimiento y desarrollo.

En definitiva, la pregunta Base te permitirá ayudar a los demás a obtener claridad.

#5. La pregunta Perezosa

Cuando entramos en modo “salvador”, nos lanzamos a resolver el problema, dar consejos y asumir responsabilidades que, por lógica, deberían corresponder a otros.

Lo hacemos con buena intención, solo intentamos ayudar, añadir valor.

Pero esto mina la oportunidad de crecimiento y expansión del potencial de los demás.

Por eso la pregunta perezosa: ¿en qué puedo ayudar? tiene dos utilidades:

Primero, estás obligando a la otra persona a pedirte algo directa y claramente. Y eso le puede resultar útil.

Puede que no esté del todo seguro del motivo por el que ha empezado a hablar contigo. Sí, sabía que quería algo, pero hasta que no has hecho la pregunta, no tenía muy claro el qué. O puede que si lo tuviera claro, en cuyo caso la pregunta te sirve a ti, puesto que te permite decidir si deseas atender la petición

Segundo, y tal vez más importante, impide que des por sentado que sabes cómo ayudar y que te prestes a hacerlo.

Al igual que ¿Y qué más? (YQM), esta pregunta es un instrumento de autogestión para ser curioso y preciso al mismo tiempo.

Puede que dediques demasiado tiempo a hacer cosas que presupones que los demás quieren que hagas.

Una forma de suavizar la pregunta, es usar la fórmula:

Por curiosidad… ¿en qué te puedo ayudar?

Incluso hay otras fórmulas:

  • Por cierto…¿en qué te puedo ayudar?
  • O, a ver que lo entienda bien…¿en qué te puedo ayudar?
  • O, para que lo tenga claro…¿en qué te puedo ayudar?

#6. La pregunta Estratégica

Esta pregunta es más compleja de lo que parece: ¿si dices sí a esto, a qué estás diciendo que no?

Que sea compleja revela su potencial.

Para empezar, estás pidiendo a la gente que sea clara y comprometida con el  que está dando.

Así que debes preguntar:

Aclaremos una cosa ¿a qué estás diciendo que sí exactamente?

La respuesta implica compromiso por la otra parte.

Además, si luego preguntas ¿qué implicaría comprometerse finalmente con esta idea? ayudas a centrar aun más el asunto.

Una de las mejores cosas que puede hacer después de preguntar es escuchar la respuesta con atención. Ten siempre curiosidad.

#7. La pregunta del Aprendizaje

La pregunta del aprendizaje ¿Qué te ha resultado más útil?, es una herramienta clave para garantizar que la persona a la que asesoras aprenda algo de la conversación.

No basta con explorar los problemas e identificar soluciones; también hay que ayudar a la gente a convertir esas ideas en acciones prácticas que puedan aplicar en su trabajo o en su vida personal.

Supongamos que estás entrenando a un miembro de tu equipo que tiene problemas con la gestión del tiempo.

Has mantenido una conversación productiva en la que ha explorado las causas del problema y ha identificado algunas posibles soluciones.

Ahora es el momento de ayudarle a convertir esas ideas en acciones.

Podrías hacerle la pregunta del Aprendizaje:

¿Qué es lo que te ha resultado más útil?

Esta pregunta obliga a la otra persona a reflexionar sobre lo que ha aprendido de la conversación y a identificar los puntos clave que puede aplicar en su rutina diaria.

A continuación, puedes seguir con preguntas más profundas como:

¿Cómo puedes incorporar estas ideas a tu rutina diaria?

O, ¿Qué apoyo necesitas para hacer estos cambios?

Al utilizar la pregunta de Aprendizaje, estás ayudando a otra persona a apropiarse de su aprendizaje y desarrollo.

No se limitan a recibir consejos o instrucciones de usted, sino que reflexionan activamente sobre sus propias experiencias e identifican formas de mejorar.

Conclusión

Un coaching eficaz requiere comprender a la persona que está detrás del problema.

Hay que entrenar a la persona, no al problema

A veces, el problema que se presenta puede no ser el problema real.

Dedicar tiempo a comprender las motivaciones, experiencias y perspectivas de la otra persona puede ayudarle a identificar las causas profundas de sus problemas y a desarrollar soluciones más eficaces.

Al comprender a la persona que está detrás del problema, puedes establecer una conexión más fuerte con ella.

Puedes ayudarles a identificar las causas profundas de sus problemas y desarrollar estrategias para abordarlos.

En general, un coaching eficaz requiere un profundo conocimiento del individuo y de sus experiencias y perspectivas únicas. Si adoptas un enfoque empático y curioso, podrás establecer conexiones más sólidas y ayudarles a desarrollar todo su potencial.

Por último, hay que evitar “dar consejos”, porque tendemos a proponer soluciones en lugar de escuchar. Si adoptamos una mentalidad de coaching, podemos entablar conversaciones más profundas.

Resumen de las 7 preguntas

#1. La pregunta LANZADERA

  • ¿Qué estás pensando?

#2. La pregunta YQM

  • ¿Y qué más?

#3. La pregunta FOCO

  • ¿Cuál es tu auténtico desafío en esto?

#4. La pregunta BASE

  • ¿Qué quieres?

#5. La pregunta PEREZOSA

  • ¿En qué puedo ayudar?

#6. La pregunta ESTRATÉGICA

  • Si dices que sí a esto, ¿a qué estás diciendo que no?

#7. La pregunta del APRENDIZAJE

  • ¿Qué es lo que te ha resultado más útil?

Un fuerte abrazo

🧑‍💻 Emilio

P.D. Durante años, he ido recopilando los mejores secretos de transformación personal y profesional. Cada descubrimiento y cada idea me ha ido haciendo cada vez mejor. Ahora, he decidido compartir estas joyas contigo en mi newsletter TU COACH PERSONAL.

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